15.3.09

Reflexión de una mañana de verano

Tengo la extraña sensación de estar dejando cosas atrás. Mis sueños se van cumpliendo antes de lo previsto y siento que maduro con cosquilleos en el estómago.


Ni quiero ni voy a olvidar todo lo que ha sido mi vida hasta ahora. Lo recordaré a cada paso, mientras camino hacia un horizonte tal vez incierto pero apasionante.


Y lo mejor es que no lo hago sola. Voy conociendo el mundo que me rodea (que a medida que crezco, va creciendo conmigo); respirando de vuestro aire, bebiendo de vuestro cariño y sonriendo de vuestro ingenio.


Echo de menos tantas cosas y a tantas personas...Pero la vida gira y seguirá girando, y mantengo aquello de que las personas con las que realmente conectas, son aquellas con las que aunque pasen mil años de morriña, el día que coincidís el tiempo parece no haber existido.


Este verano es el más largo de mi vida. Como dije en su momento en tono firme y claro: "el instituto ha quedado atrás", y comienza una nueva etapa, tal vez más nueva que nunca.


El otro día comentaban unos...me tomaré la licencia de llamarles amigos, que en el verano de transición a la universidad no eres realmente consciente de hasta que punto todo va a ser diferente. Disfrutas al máximo de lo aparentemente eterno de unas vacaciones que duran desde mediados de junio hasta octubre. Algunos aprovechan para viajar, otros para salir todas las noches...y otros para ambas cosas. Y de pronto llega octubre, sin previo aviso, arrasando con todos tus esquemas y envolviéndote en nuevos proyectos.


Y yo estoy disfrutando del verano con pura euforia, revolcándome con las "olas" del caliente y suave mediterráneo, comiéndome a besos a mi hermano pequeño, echando de menos a la mayor y deseando ver... verlas a ellas. Haciendo mil nuevos amigos y dejándome sorprender por la magia de cada uno. Redactando mi Curriculum Vitae y pateándome las calles de San Lorenzo de El Escorial en busca de un empleo bien remunerado y breve, que me permita una escapada memorable en septiembre. Todo ello al tiempo que estudio para sacarme lo antes posible el carné de conducir.


Aunque sigo queriendo correr desnuda por la orilla del mar, sobre la noche de alguna playa perdida, en el norte. Sigo queriendo bailar sobre las cuerdas de tu guitarra y cantar tu melodía.


Gritarle al mundo que yo, estoy dispuesta a comérmelo.

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Esta entrada fue escrita el día 9 de julio de 2008

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