9.9.10

Rocky Patches.

Hola, Septiembre. No, esta vez tampoco me alegro de verte. Que sí, que vale, que me gustan las hojas secas y ponerme chaquetas. Adoro las bufandas y siempre he llevado fatal eso de que me queden mal los gorros, porque los hay preciosos. Pero en mi desentonan. Como desentonan las gafas de sol grandes y otras muchas cosas que me encantan. Conmigo desentona eso de sonreír sin motivo real. Hay pocas cosas más serias que la risa; y hasta ahí estamos de acuerdo. Y que sepas que con quien quiero estar no es como tú. Adoro Inglaterra porque me gusta cómo están pensadas las calles. Eso de las casas bajitas, con un pequeño jardín y siempre, chimenea. Las pocas veces que me has hecho ilusión tú, aunque creo que ni siquiera eras tú, sino uno de tus vecinos, ha sido por las castañas asadas. Siempre me dejo los dedos pelándolas pero disfruto de cada una de sus ramificaciones. Me gustan los tacones altos aunque apenas los uso y los acurruques de sofá con mantita y peli, siempre que haya alguien dispuesto a soplarte en el cuello. Y a la puta soledad que siempre me evocas, ya no le tengo ningún miedo. Me cae mal, lo confieso, pero no me asusta. Creo que nunca me has caído bien tú. Sin más, tú. Y tienes muchas cosas que también me encantan pero eres sinónimo de revoltijo, empezar a pasar frío y pensar. Me gusta no releer lo que escribo porque así es más sincero y me importa un cero que esto sea o no bueno. Siempre que llegas con toda tu sonrisa y tu mierda escondida -que estás dispuesto a echarme a la cara a la mínima que sea yo quien sonría- intentas desplumar mis alas y siempre me recuerdas que en realidad me gusta cómo hueles. Y siempre intentas hacerme llorar y con tu tiempo las lágrimas se secan fatal. ¿Sabes? siempre que llegas me imagino cosas nuevas, pero el universo gira mientras yo me quedo quieta. Si, el universo gira, no sólo la tierra. La carne de gallina en pantalones cortos porque no quiero sacar los de invierno. Menos fotos en las paredes y más recuerdos. Y de nuevo tú con tus horarios y tus cuadrados calendarios imponiéndome rutinas que sabes que siempre dejaré a la mitad. Y si buscas orden sabes de sobra que conmigo vas fatal, así que deja de reconcomerme. Sé que no estoy haciendo nada mal. No ahora, no sin más porque a tí te dé por ahí. Y por mucho que me esfuerce en no sentirte, cada vez que levanto la vista cuento 22 días más. Así que vale ya, el problema no lo tengo yo. Es que tú, no tienes sentido.

5.9.10

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- Y todas esas tonterías de que las cosas como vienen se van. Mentira. Tiempo cíclico y curvada anatomía en un equilibrio perfecto con el viento. No importa resbalar de esa ínfima cuerda porque en su mundo no hay gravedad.
- ¿Caerá?
- Si el tiempo es cíclico y su curvada anatomía se mantiene en equilibrio perfecto con el viento; si realmente no importa resbalar porque él hace que la cuerda sea grande y que me olvide de que en mi mundo sí hay gravedad, entonces, bastará con omitir el final.