4.8.09

"Yo voy a hacer CINE" (sobre mi paso por Pendiente de Título)




Una mañana de verano mi gran amigo Ezequiel Romero me llamó por teléfono. Yo sinceramente esperaba una llamada más, de estas de somos colegas y ya está. Quizás un “¿cómo va todo rubita? A ver si nos tomamos un café algún día de estos…”. Pero no.

Ezequiel me llamaba para recordarme que toda esa paranoia que me contó de que estaba pensando si hacer una serie con algunos amigos y compañeros de la facultad iba viento en popa, y que después de un video corporativo en el que participé con ellos (y que recuerdo como sublime) había pensado que tal vez me interesara mojarme.

Yo tenía 18 años. Ocho años antes le había dicho a mis padres, muy sonriente: “Papá, Mamá: ya sé lo que quiero ser de mayor. Voy a hacer CINE”. Y dije “voy a hacer” y no “quiero hacer” porque lo tenía tan claro que sabía que tarde o temprano se acabaría cumpliendo.

A Ezequiel le conocí a los 16, en una fiesta de cumpleaños un tanto peculiar. Hicimos un juego de rol en vivo en el que nuestros personajes eran “amantes” y por ello acabamos sentados en unos cojines hablando de nada en particular hasta que el qué estudias salió sin más; y las palabras Comunicación Audiovisual, en la Complutense, atravesaron mis tímpanos. Tres horas después supe que esa no sería la típica conversación que se tiene en una fiesta cualquiera, con alguien cualquiera y que se acaba olvidando.

Por eso, la mañana en la que Ezequiel me llamó y me dijo que le gustaría contar conmigo para algo que aún estaba pendiente de título, y que no le valían excusas baratas del tipo “no tengo tiempo”…
No pude evitar decir que si, un si rotundo y probablemente de los más acertados que he dicho nunca.

Después vinieron los millones de correos electrónicos, guión para aquí, guión para allá. Me explicó que en principio sería “coordinadora de figuración” o algo así, y yo me lo tomé al pie de la letra.

Durante los primeros rodajes recuerdo ese cosquilleo en el estómago al ver sacar la cámara de su cajita (que al principio era una mochila medio roída). Recuerdo mis nervios de si sería capaz de dar lo que esperaban de mi, el no saber exactamente cómo debía dirigirme a los actores, si en plan colega o con más formalidades.

Y lo mejor es que todo surgió solo. A Alex Rodrigo, Abel Reverter (del que luego noté la ausencia cuando se encerró en su estudio para dedicarse plenamente a la web y el foro), y a Pablo López, les conocía ya del vídeo corporativo que he mencionado antes.

Alex era el director de la serie. Un tipo con rastas, ecologista y amante de la montaña y sus riesgos. Siempre llevaba ropa de escalada, camisetas cortadas por el cuello para que no le agobiaran, un macuto morado y una sonrisa de oreja a oreja. Y siempre la contagiaba. Alex tenía el tono de voz más amable del mundo, tanto para decirte que la estabas cagando como para alabar tu esfuerzo. Y creo que nunca le he agradecido lo cómoda que me ha hecho sentir siempre.

Un día de rodaje en la facultad, me dieron unos librotes tremendos y me dijeron los nombres de sólo parte del equipo para que los escribiera en etiquetitas y se los repartiera. Sobraba uno, que era para mí.

A los pocos días, Alex y Ezequiel me dijeron que la historia empezaba a desbordarles y que necesitaban más manos por todas partes. Así, me convertí “ayudante de dirección” y empecé a pasarme alguna que otra hora delante del ordenador cuadrando horarios con más intuición que conocimiento. Después, los enviaba y llamaba a Alex para comentarlos. Una tarde que estuvimos haciendo todos los planes en su casa, Alex sacó un papel y se puso a hacerme dibujitos de los tipos de planos.

Y luego la premiere en “La boca del lobo”. Y “Pendiente de Título” proyectado en una pantalla que ocupaba una pared. Y yo delante de un photocall con dos tipos de La Sexta grabándonos; viviendo un sueño compartido.

Después vino el viaje a Londres, a una habitación con lo que dedujimos eran “norcoreanos poco higiénicos”. Y risas, risas y más risas al tiempo que yo aprendía mucho más de lo que creo que me aportará la carrera.

Y los horarios que no paraban de cambiar porque todo se hacía por amor al arte y es difícil coordinar a tanta gente. Empezaron también los roces, y los piques de “joder esto tenía que ser genial y me está absorbiendo la vida porque yo soy el único que se lo curra” (nunca fueron palabras mías). Y cada uno con su curro, con sus estudios y sus temas y cada vez era todo más difícil. Tras varias reuniones acabamos aclarando los niveles de exigencia que tenía la serie. Hubo quien se echó atrás, y hubo quien decidió comérselo todo.

En ese momento yo repetí lo que había dicho al comienzo. Me encantaba el proyecto, creía en él y sobretodo, en mis compañeros. Pero para mí, los estudios eran la prioridad. Fallo mío, lo sé. Vinieron los exámenes, empecé a faltar a los rodajes…y cuando iba estaba cansada, ausente. Y menos mal que estuvieron ahí los genios de Riot Cinema Collective.

Ezequiel me lo echó en cara. Varias veces. Y cuando fui consciente de que tal vez había amasado con las manos una de las mejores oportunidades de mi vida y la estaba dejando escapar, quise parar el tiempo o incluso regresar para gritarle al mundo que no quería ver mi vida sin todo aquello.

Así que volví paulatinamente a la carga. A los rodajes y al curro diario. Quizás un poco tarde, pero lo hice.

El rodaje del último capítulo fue genial. La verdad es que estábamos todos un poco tristones, al ver que a lo que habíamos dedicado un año de nuestra vida se acababa. Y se acaba por lo de siempre, porque no hay dinero para más. Aún así, nos encerramos en un bar de chueca que recomiendo a todo el mundo (Outlet), y estuvimos rodando asfixiados por los focos durante doce horas seguidas, con un pequeño paréntesis para degustar los ya tradicionales macarrones de la gran Carola.







Pendiente de Titulo es una serie online que parodia la vida universitaria, al más puro estilo de humor surrealista de las de animación norteamericanas. Y además, es de lo mejor que me ha pasado en la vida. En un año al lado de todo ese equipazo he aprendido más de lo que nunca había imaginado. He sentido como se abrían de par en par las puertas de ese algo que siempre he soñado. Y se acaba aquí. Se acaba con un pedazo de episodio tremendo de principio a fin. Con un orgasmo de ilusiones que sin duda, me marcarán para siempre. Y sobre todo, se acaba sabiendo que estáis ahí. Y que no podría estar más agradecida.

Podeis ver la serie completa en http://www.pendientedetitulo.com/

Pendiente de Título lo hemos hecho:

Equipo técnico:
Alex Rodrigo: Dirección, guión y banda sonora
Ezequiel Romero: Guión y postproducción
Carola Rodríguez: Producción
Eva Ferradas: Ayudante de dirección
Irene Montero: Atrezzo.
Bruno Teixidor: Promoción

Colaboraciones técnicas:
Pablo Crespo: Sonido
Jordi Roca y Lucas Fernández: Chico para todo

Equipo artístico:
Julia Sánchez-Escobero: Laura
Jerónimo Salas: Nacho
Ezequiel Romero: Víctor
Pablo López Castilla: El Huraño
José Carlos Martín: Luigi
Lucía González: Jessi
Mireia Clavero: Diana
Juan Luppi: Lagartija
Manuel Álvarez: Director de radio
Jordi Roca: Becario y extra de una sola frase
Lea Ziro: Clara
Nicolás Santavicca: Policía/ militar

Agradecimientos también a todas las colaboraciones puntuales y apariciones esporádicas.

¡¡GRACIAS POR TODO CHICOS!!

http://www.pendientedetitulo.com/